lunes, 28 de mayo de 2012

ERMITAÑO

                   Hay días en los que me dan ganas de irme a la montaña a vivir como un anacoreta. Sólo me retienen mis hijos, que aún no son capaces de valerse por sí mismos.
                   Ciertamente que vivimos unos tiempos de zozobra, de un no sé qué, una intranquilidad. Son momentos extraños tanto en lo económico, como en lo moral pero sobretodo en lo religioso. La Iglesia no está bien y eso se transmite a la sociedad. "Si la sal no sala...".
                    Me pregunto si el hombre está progresando o se está viniendo abajo. Suelo salir a andar por el monte de vez en cuando. Casi siempre solo. Me siento a gusto cuando me encuentro conmigo mismo. Lejos de este barullo de sociedad. Estamos bombardeados por las noticias. No hay tiempo de asimilarlas. Es imposible enterarse de todo porque todo cambia a velocidad de vértigo. Sé que el mundo no va a parar por eso yo tengo claro donde acabaré, si DIOS quiere: retirado en un lugar sin mucha gente, en un pueblo dehabitado.
                    No lo parece pero soy tremendamente optimista. Este comentario está escrito desde el optimismo y con Esperanza (virtud teologal). QUE DIOS OS BENDIGA.

2 comentarios:

  1. Don Ñ: Me pregunto si el eremitismo es una ubicación o un estado, si es retirarse con el cuerpo a un desierto o es vivir con el alma retirada. Hay por ahí más de un blog con el título, explícito o implícito, de 'ermitaño urbano'. De lo que estoy seguro es de que, en desierto o en ciudad, ser ermitaño es algo espiritual.

    Me parece que soy el primer comentarista del blog? Una Ben+dición, pues.

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    Respuestas
    1. Dios le bendiga Pater!!!!.....efectivamente es usted el primero. Gracias y enhorabuena.
      Con respecto a la entrada, me refiero a vivir con el alma retirada. Y el hecho de hacerlo en una zona deshabitada es para ayudar a ese retiro espiritual.

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