jueves, 24 de mayo de 2012

SEÑAL

                Me produce una sensación especial ver a un deportista haciendo la señal de la Cruz, santiguandose. Es una muy buena costumbre, que como tantas otras hemos ido perdiendo. Al entrar en un campo de juego, al ganar una competición, al hacer un tanto, verlos persignarse me hace pensar que no todo está perdido. Creo que hay motivos para la esperanza.
                Cuando era pequeño, lo recuerdo perfectamente, la gente al salir de casa se santiguaba (y no era un pueblo). También nos haciamos la señal de la Cruz al iniciar un largo viaje, me acuerdo como si fuera ahora mismo. En el pueblo de mi padre, a donde ibamos muy a menudo, vivía con mis abuelos un tío soltero -el mayor-. Era un hombre muy serio, con mal genio y que siempre estaba blasfemando. Por supuesto de ir a Misa nada. Recuerdo todo eso con claridad ya que por aquella época yo empazaba a ir por un centro del Opus Dei y, lógicamente un familiar así "marca". Sin embargo ahora, a la vuelta de los años, un detalle permanece fijo en los recuerdos que tengo de mi tío: cuando empezaba un pan, le hacía con el cuchillo la señal de la Cruz en la base!!!.....el tío Joaquín, el blasfemo e irreverente, santificando el pan!!!
                 Qué importante es la Señal de la Cruz. Cuántas cosas se resumen en ese signo tan sencillo y tan simple. Todo el Magisterio, toda la Doctrina, toda la Tradición resumidos en un gesto tan humilde. Es una de las primeras cosas que llaman la atención cuando asistes por primera vez a una Santa Misa por el rito Tridentino: las muchas veces que te santiguas. Normal. Es la señal de la Redención. QUE DIOS OS BENDIGA.

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