sábado, 22 de septiembre de 2012

DESEÑAR

       Permitidme que hoy copie literalmente el primer capítulo del Eclesiastés. Sinceramente me parece algo sublime. Lo acabo de descubrir y he tenido que releerlo varias veces. ¡Da mucho que pensar!
                                                                          

                                                                          ECLESIASTÉS
1 Razonamientos de Cohelet, hijo de David, rey de Jerusalén:
   Vanidad de vanidades, dijo el Cohelet; vanidad de vanidades, todo es vanidad. ¿Qué provecho saca el hombre de todo por cuanto se afana debajo del sol?
   Pasa una generación y viene otra, pero la tierra permanece para siempre. Levántase el sol, se pone y corre con el afán de llegar a su lugar, de donde vuelve a levantarse. Tira el viento al mediodia, gira al norte, va siempre dando vueltas y retorna a sus giros. Los ríos van todos al mar, y la mar no se llena; allá de donde vinieron tornan de nuevo, para volver a correr.
   Todo trabaja más de cuanto el hombre puede ponderar, y no se sacia el ojo de ver ni el oído de oír. Lo que fue, eso será. Lo que ya se hizo, eso es lo que se hará; no se hace nada nuevo bajo el sol. Una cosa de la que dicen "Mira esto, esto es nuevo", aún ésa fue ya en los siglos anteriores a nosotros; no hay memoria de lo que precedió, ni de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después.
   Yo, el Cohelet, he sido rey de Israel, en Jerusalén, y me propuse en el corazón hacer sabiamente investigaciones y pesquisas sobre todo cuanto hay bajo los cielos. Es una dura labor dada por DIOS a los hijos de los hombres para que en ella se ocupen.
   Miré todo cuanto se hace bajo el sol, y ví que todo era vanidad y apacentarse de viento. Lo tuerto no puede enderezarse, y lo falto no puede completarse.
   Y dije para mí: "Heme aquí engrandecido y crecido en sabiduría, más que cuantos antes de mí fueron en Jerusalén, y hay en mi mente mucha ciencia y sabiduría". Di, pues, mi mente a conocer la sabiduría y a entender la locura y los desvaríos, y ví que también esto es apacentarse de viento, porque donde hay mucha ciencia hay mucha molestia, y creciendo el saber, crece el dolor.

                                                                                                                             Ecl 1, 1-18


Es uno de los libros del Antiguo Testamento y, por lo tanto, al igual que el Evangelio, es palabra de DIOS. DIOS os bendiga.


                                    

No hay comentarios:

Publicar un comentario