viernes, 28 de septiembre de 2012

OTOÑO

                 Llueve. Empiezan las chaquetas, los pantalones largos, el pijama de invierno y las colchas. Llueve. Se acabó el verano, se acortan las tardes y tarda en amanecer. Es un tiempo de volver a la rutina. Bendita rutina que nos saca del barullo y la algarabía del verano y sus fiestas populares.
                 Comienza una época tranquila y estable. Hace fresco, que no frío. Es la hora del recogimiento, de las tardes caseras, de la buena lectura. Para muchos será las tardes de la "tele". Es una lástima.
                 La situación de España invita todavía más a la melancolía y la tristeza. No se ve futuro, ni salida. Al revés, se ve cada día algo mucho peor que lo ocurido el día anterior. No sé dónde estará el suelo para tanta zafiedad y mediocridad como nos rodea. Una pena. Digo más, un gran dolor. Por lo que fuimos y en lo que hemos acabado.
                 Alguien tendrá que rendir cuentas por lo que están haciendo con nuestra Patria. Igualmente ocurre con la Iglesia, la Esposa de Cristo. ¡Cuántos tendrán que dar explicaciones! No hay derecho.
                 No es negativismo, es simplemente otoño. DIOS os bendiga.

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