lunes, 17 de septiembre de 2012

MEÑIQUE

                     Nunca me han gustado las personas que llevan un anillo en el dedo meñique. No sé porqué. Ni siquiera sé si tiene algún significado el anillar dicho dedo. Lo lleva el Rey, Jesús Hermida y una profe de Historia en mis tiempos del Instituto. Seguro que más gente conocida. No me gusta.
                      No me gusta ni el hecho de llevar el anillo ni las personas que lo llevan. Son de esas cosas que en el momento que te das cuenta que llevan el susodicho aro ya cambia, inconscientemente, tu opinión sobre ellos. Ya te caen mal. Lo veo chavacano, como de segunda clase, tal vez como de "quillo". Es difícil de explicar, lo sé. Es algo completamente subjetivo, atávico, irracional, sin pies ni cabeza. Pero "es" al fin y al cabo.
                      Muchas veces nos dejamos llevar por cosas externas para juzgar a las personas, sin haber cruzado con ellas una sola palabra. Hacemos mal y debemos luchar contra esos prejuicios. Cuántas sorpresas nos hemos llevado al conocer a personas -vecinos, compañeros de clase, de trabajo- de las que teníamos una opinión negativa predeterminada. Y lo mismo les habrá ocurrido a muchos con nosotros. Uno de los remedios que han enseñado los santos de la Iglesia todos los tiempos ha sido el rezar especialmente por esas personas. Incluso el ofrecer alguna mortificación por esa persona en concreto. Yo os aseguro que cuando haces eso, empiezas poco a poco a verlos con otros ojos. DIOS os bendiga.

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